Sea cual sea tu opinión sobre los cascos para bicicleta hay 2 cosas que debes tener muy claras:
1. Tu casco podría salvarte de un accidente serio cuando más lo necesites, nadie puede negar que los cascos salvan vidas.
2. Como con todo, el material de tu casco va a degradarse con el uso o simplemente con los elementos a los que lo expongas.
Por esto, es vital que sepas cuándo reemplazar un casco viejo, solo tu sabes cuántas caídas ha resistido y las tormentas a las que lo has sometido. Por tu seguridad, mantén presente que no por tener un pedazo de plástico sobre tu cabeza significa que estés absolutamente seguro.
EPS, Caparazones y Los Materiales Convencionales.
El mundo de los cascos ha visto poca innovación en cuestiones de tecnología a lo largo del tiempo. Muchas marcas han intentando integrar nuevos materiales y técnicas para distribuir la fuerza de un impacto, pero generalmente lo que funciona se queda, no hay peros a la hora de mantenerte seguro.

Un casco convencional tiene una capa de espuma, generalmente de Poliestireno expandido (EPS) o Polipropileno expandido (EPP)
Y para cubrir la espuma amortiguadora, habrá una capa rígida de plástico, podrás encontrar caparazones de todo tipo, desde ABS y Policarbonato hasta Kevlar y fibra de vidrio.
Por supuesto, cuando hablamos de salvar vidas no hay mucho lugar para experimentar, eso nadie lo discute. Pero con los avances tecnológicos que vivimos hoy en día, ya va siendo hora de encontrar maneras más eficientes de absorber choques.
Uno de los mayores avances en este frente ha sido la tecnología MIPS, que domina el mercado hasta hoy. Con cientos de estudios demostrando su eficiencia en comparación con una capa uniforme de espuma.
Aún no se ha inventado un casco infalible, pero años de uso nos confirman cada vez más que este combo de amortiguación, deflexión y defensa es una de las mejores técnicas para proteger tu cabeza y cuello contra todo tipo de golpes.
La desventaja principal de estos materiales es el desgaste. La espuma se comprime con impactos contundentes, el plástico se rompe y raya, y los adhesivos que unen una capa con la otra pierden su eficiencia con los elementos y hasta el sudor (Aunque siendo realistas, esta degradación puede llegar a tomar hasta 30 años si cuidas bien de tu casco y no pasa nada fuera del uso común).
Nuevas Tecnologías

Para solucionar este problema, varios fabricantes han intentado encontrar nuevas maneras de enfrentarse al desafío.
La marca Smith Optics creó la estructura Koroyd para complementar la espuma EPS y MIPS, usando un diseño de tubos que distribuyen las fuerzas más eficientemente y podrían ayudar a conservar la integridad del amortiguado por más tiempo.
Trek/Bontrager anunció la nueva tecnología WaveCel hace poco, con una idea similar a Koroyd, pero con una estructura ondeada y más abierta para facilitar la ventilación.
Aún no sabemos a ciencia cierta qué tal se comparan estas innovaciones contra los cascos más tradicionales, pero en temas de salud, la innovación vale oro, y no debería aceptarse nada menos que la excelencia.
Algunos Tips de Seguridad
Un buen casco puede llegar a durar hasta 30 años si te cuidas bien y no sufres ningún accidente grave montando. Siempre y cuando el material se sienta sólido, la espuma no se haya comprimido o ablandado con el sudor o el uso, y los adhesivos mantengan todo en su lugar, realmente no hay mucho afán de reemplazarlo.
Para saber cuándo deberías reemplazar tu casco, estas son algunas de las reglas generales, compartidas por el Instituto de Seguridad de Cascos para Ciclismo (BHSI):
Si sufriste un accidente fuerte donde te golpeaste la cabeza.
Si tu casco fue hecho antes de que los estándares ANSI regularan correctamente lo que se necesita para un casco de bicicleta legal, es decir, antes de 1984.
Si tu casco no tiene un sello de calidad ATSM o Snell, reemplázalo inmediatamente.
Si no tiene un caparazón exterior de plástico rígido, existen cascos en el mercado que intentan salirse con la suya usando solo la espuma y un poco de tela. Tu casco necesita una defensa resistente a los golpes más alla de la amortiguación.
Si ya no te queda bien o el ajuste se siente extraño, reemplazalo. Lo que nos lleva a:
Cómo Medirte un Casco
Para qué me Sirve el Ajuste de un Casco?
Los cascos protegen lo más importante que tienes, y si consideras la cantidad de accidentes que ocurren cuando un ciclista no se cuida como debería (donde sea que monte), te darás cuenta de lo importante que es incluir todas las medidas que puedas a la hora de montar seguro.
Sin ser muy dramáticos, usar un casco certificado y bien acomodado a tu cabeza podría ser la diferencia entre sobrevivir un accidente o no.
Usar un casco es importante, obviamente. Pero ponerte uno con mal ajuste, es prácticamente lo mismo que no usar nada. Estas son las cosas que debes tener presentes a la hora de medirte un casco como se debe.
Si quieres aprender más sobre lo que deberías saber a la hora de comprar un casco nuevo, consulta nuestra guía definitiva para encontrar el casco correcto.
Mide la Circunferencia de tu Cabeza.
Los cascos vienen en todo tipo de tallas y dimensiones. No existe un casco que le sirva a todos, al menos uno de calidad. Así que el primer paso esencial para encontrar tu ajuste ideal es conocer la circunferencia de tu cabeza.
Si estás en el extremo de las tallas estándar, es mejor que consigas algo más grande que algo más pequeño. Es más fácil y seguro acomodarte a un casco por encima de tu talla que intentar apretarte con uno que sencillamente no te encaja. Además, si montas en climas fríos, seguramente usarás pañoletas o gorros para calentar tu cabeza, así que ese espacio extra te servirá de mucho.

Suelta las Correas.
Antes de ponerte el casco, afloja el ratchet de ajuste, la correa para barbilla y las de tus orejas. Cuando te lo hayas puesto podrás encontrar el punto perfecto de agarre que prefieras. Pero es mejor empezar con todo lo más suelto posible para conocer el rango completo.

Rectifica Todo.
Ponte el casco asegurándote de que esté nivelado y recto. Fíjate bien en que no esté inclinado hacia adelante, atrás, izquierda o derecha. Y por supuesto, póntelo en el sentido correcto.

Ajusta y Aprieta a tu Gusto.
Cuando encuentres la posición perfecta para tu cabeza, aprieta las correas con el ratchet ajustable. Dependiendo de la marca, podrás encontrar los diales en la parte trasera o superior del casco, aunque algunas los pondrán en otros lugares menos comunes. Encuentra su lugar y aprende a ajustarlo, te servirá mucho en el camino.
Tu casco deberá estar lo suficientemente seguro como para mantenerse sujeto a tu cabeza sin las correas aún cuando muevas tu cabeza. Pregúntate si se mantendría puesto si estuvieras de cabeza.
Ahora es momento de abrochar la correa de tu barbilla. Ajústala y asegúrate de poder acomodar un dedo cómodamente cuando esté en uso. Si montas con esta correa suelta, tu casco podría salir volando en caso de un accidente, pero si la tienes muy apretada, será incómoda siempre que montes. El último paso es ajustar las correas de tus orejas para que no te incomoden. Con esto listo, tienes un casco ajustado perfectamente y estarás listo para montar.

Mantén presentes dos consejos clave: 1. Un casco es el accesorio esencial para protegerte a montar, nunca deberías salir a montar sin uno; y 2. Siempre y cuando lo mantengas en buen estado y no sufras ningún accidente, tu casco podría durarte años enteros, así que préstale la atención que merece. Con esto dicho, lo más importante es tu diversión, así que sal a montar con tu casco de confianza, o tu nueva coraza, sin preocupaciones! Recuerda seguirnos en Redes y compartirnos cada momento de tus viajes sobre la bicicleta.
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